¿Por qué mi cabello ya no crece? Soluciones y consejos

El cabello sano crece unos 0,3 mm al día, o 12 cm al año. Pero a veces tenemos la sensación de que el crecimiento se ralentiza o se estanca. Esta variación puede explicarse por un estado físico o emocional deteriorado, ciertas carencias, el estrés o una rutina de cuidado inadecuada. Hay soluciones que te ayudarán a recuperar un cabello bonito, denso y sano; sigue nuestros consejos.

Entender el ciclo de vida del cabello

Tenemos entre 100.000 y 150.000 cabellos en el cuero cabelludo, pero no todos están en la misma fase. Mientras unos crecen, otros se estancan y caen, siguiendo un ritmo muy preciso.

El ciclo capilar consta de 3 fases:

  • El periodo de crecimiento del cabello, o fase anágena. Dura aproximadamente 3 años en los hombres y 5 años en las mujeres. Durante esta fase se forma la queratina, la proteína esencial para la composición del cabello. Es el momento ideal para actuar sobre el crecimiento.
  • El periodo de estancamiento, o fase catágena. Es una fase breve, que dura entre 2 y 3 semanas, durante la cual el cabello deja de crecer. El folículo piloso retrocede y se vuelve inactivo.
  • La fase de reposo o telógena. El cabello muere, pero permanece enraizado durante unos 3 meses. El cabello nuevo, joven, hará que se desprenda y se caiga.

Leyenda

  1. Vasos sanguíneos
  2. Papila folicular
  3. Bulbo
  4. Exceso
  5. Glándula sebácea
  6. Dermis
  7. Epidermis
  8. Crecimiento del cabello
  9. Tallo piloso
  10. Barrera protectora

A - Fase anágena

B - Fase catágena

C - Fase telógena

Identificar las causas del estancamiento capilar

Las alteraciones del ciclo capilar pueden estar relacionadas con nuestro estado de salud o equilibrio emocional. También pueden deberse a la aplicación de cuidados inadecuados o al uso de aparatos calientes, como secadores y planchas.

Para adoptar la solución adecuada, hay que identificar la causa. La ralentización del crecimiento del cabello es un problema distinto de la caída del cabello, gradual o repentina. La alopecia requiere un tratamiento adaptado.

El debilitamiento o estancamiento del crecimiento puede estar relacionado con un estado de fatiga o estrés. El crecimiento del cabello necesita energía y nutrientes: la falta de hierro o vitaminas puede ralentizar o dificultar este proceso. Los desequilibrios hormonales, como los que se producen durante el embarazo, también pueden alterar el ciclo capilar.

Por último, el envejecimiento capilar, que suele producirse a partir de los 50, también puede ralentizar el crecimiento del cabello, aunque sin detenerlo por completo.

¿Qué soluciones existen para estimular el crecimiento del cabello?

 

Adoptar cuidados capilares

Para tener un cabello sano, se necesita un cuero cabelludo sano: es en este "suelo" fértil donde se enraizará el bulbo piloso. A continuación, aportará los nutrientes necesarios para que el cabello esté fuerte y vigoroso. El cuero cabelludo también es una barrera protectora y un aislante térmico. Es una zona sumamente importante y sensible del cuerpo, y necesita unos cuidados capilares perfectamente diseñados.

¿Cómo estimular el crecimiento del cabello? Seleccionando los productos adaptados, con ingredientes saludables reconocidos por su eficacia. Los expertos de René Furterer elaboran cuidados y complementos alimenticios con componentes eficaces como el propóleo o la cafeína para potenciar el crecimiento del cabello.

* Patente presentada en Francia.

Enriquecer la dieta y utilizar complementos alimenticios

Una dieta sana, equilibrada y variada es indispensable para obtener los nutrientes necesarios para lucir una cabellera larga y duradera.
En esta línea, nuestros complementos alimenticios para el cabello combinan varios ingredientes activos específicos: L-Cistina, un aminoácido importante para la queratina; aceite de borraja, rico en ácidos grasos esenciales; extracto de grosella negra, una fuente natural de antioxidantes; sulfato de zinc, reconocido por su acción en el crecimiento del cabello; y D-biotina, una vitamina B esencial para la salud capilar.
Juntos, estos ingredientes ayudan a fortalecer la fibra capilar y favorecer un crecimiento sano.
Para obtener los mejores resultados, opta por tratamientos de 3 meses, renovados a lo largo del año, en los momentos de mayor riesgo para el cabello, como los cambios estacionales.

Masajear el cuero cabelludo

Es un gesto que debe formar parte de tu rutina de cuidado del cabello. El masaje del cuero cabelludo tiene muchos beneficios. En primer lugar, permite liberar tensiones y proporciona una sensación inmediata de bienestar.

También estimula la circulación sanguínea: Esta irrigación de los bulbos pilosos hace que el cabello sea más vigoroso y favorece su crecimiento. Junto con un cuidado natural adaptado, a base de aceites esenciales o vegetales, el masaje o automasaje permite cuidar el cuero cabelludo.

¿Cuáles son los gestos apropiados? Al masajear el cuero cabelludo hay que tener en cuenta 3 elementos: la técnica, la zona masajeada y el sentido del movimiento. Fricción, presión o drenaje, en la parte superior del cráneo, en los meridianos, de abajo arriba para aumentar la energía o de arriba abajo para regularla: cada necesidad tiene su técnica. Un profesional especializado puede realizar este masaje, pero también es posible hacerlo uno mismo.

Tonificar el cuero cabelludo apagado con un masaje adecuado

Reducir la rotura del cabello

Cuidar el cabello significa estimular su crecimiento, pero también adoptar los gestos adecuados para evitar la rotura del cabello. Los aparatos de peinado deben utilizarse con cuidado. El secador no debe estar demasiado caliente ni acercarse demasiado al cuero cabelludo. Modera el uso de planchas rizadoras o alisadoras, que dañan el cabello. Para protegerlo, existen diversos cuidados adaptados que ayudan a fortalecer el cabello y preservar su brillo, sobre todo frente al calor y las agresiones externas.

Los productos de peinado, como la laca, también pueden resecar, dañar y romper el cabello, al igual que las coloraciones repetidas y el uso de productos químicos que agreden la queratina capilar.

El agua muy calcárea, la contaminación, el cloro, la sal y los rayos UV también pueden atacar la fibra capilar y alterar la textura del cabello. Para contrarrestar estas agresiones, es importante proteger con cuidados adaptados, como un sérum anticontaminación o un aceite protector, con especial atención en verano.

Problemas capilares: ¿cómo tratarlos?

Para tratar un estancamiento del crecimiento capilar, primero tienes que comprobar si existen otros desequilibrios capilares, sobre todo en el cuero cabelludo. La irritación, la sensibilidad, la sequedad o el exceso de sebo pueden alterar el crecimiento del cabello. El primer paso es realizar un diagnóstico capilar para identificar el origen del problema. Este diagnóstico puede hacerlo un dermatólogo.

La caída del cabello, repentina o gradual, debe entenderse correctamente para poder adoptar el enfoque adecuado. Es esencial combinar acciones que limiten la caída del cabello y estimulen al mismo tiempo el crecimiento, para conseguir resultados duraderos.

Se puede realizar un diagnóstico personalizado del cuero cabelludo utilizando una herramienta de tipo Capiliscopio, que permite observar detalladamente el estado del cuero cabelludo y el cabello. Esta evaluación nos ayuda a entender mejor sus necesidades para elegir los cuidados más adecuados.

Iniciar el diagnóstico.

Factores externos que influyen en el crecimiento del cabello

 

Cuidado con las carencias nutricionales y la hidratación

Las carencias nutricionales repercuten directamente en la salud capilar. Para estimular el crecimiento del cabello, apuesta por:

  • La vitamina D, por su papel en la producción de folículos pilosos y el crecimiento del cabello
  • El zinc, que interviene en la síntesis de la queratina y activa la microcirculación sanguínea del cabello
  • La vitamina B, que ayuda a producir queratina y mantener sano el cabello.
  • El hierro, que ayuda a oxigenar las células reproductoras del cabello.

La hidratación contribuye activamente a la circulación sanguínea del cuero cabelludo, esencial para llevar nutrientes y oxígeno a los folículos pilosos. Al igual que la piel, el cuero cabelludo está formado por varias capas que necesitan agua para mantenerse equilibradas y favorecer el crecimiento del cabello. El agua también forma parte de la composición del cabello: un cabello bien hidratado es más flexible, elástico y resistente.

Para mantenerte bien hidratado, te recomendamos beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día, regularmente a lo largo de la jornada. Un agua de buena calidad, renovada con frecuencia, también proporciona un aporte variado de minerales.

 

El impacto del estrés y los cambios estacionales

En caso de estrés intenso o prolongado, el organismo produce grandes cantidades de cortisona. Este pico hormonal interrumpe el ciclo vital del cabello: el cuerpo precipita una gran parte de folículos pilosos a la fase de caída.

El estrés también tiene efectos negativos en la fase de crecimiento al desviar el flujo sanguíneo del cuero cabelludo. Recibe menos nutrientes y menos oxígeno, y ya no es capaz de "nutrir" el cabello eficazmente. En consecuencia, los cabellos crecen más lentamente, son más finos y pueden ser menos numerosos.
El estrés capilar puede ser más intenso durante los cambios estacionales. Las variaciones de las condiciones climáticas, radiación solar, temperatura, humedad, alimentación… todo influye en nuestro metabolismo.

Para prevenir sus efectos y compensar su acción, debes adaptar tu rutina con una prioridad en cada una de las estaciones: en primavera, estimular; en verano, proteger; en otoño, fortalecer; y en invierno, nutrir. Todo ello ajustando la rutina capilar a las necesidades personales.

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