Convencida de que esta cultura debe ser valorada, Nathalie fundó Sotokacc, una unidad de producción de manteca de karité en Toussiana, su pequeño pueblo de la infancia, que domina la sabana arbolada. Desarrolló el audaz objetivo de presentar esta preciosa producción a las mayores firmas de cosmética de Europa.
Los numerosos rechazos a los que se enfrentó no hicieron flaquear su determinación, sino que la empujaron a escribir una sentida carta directamente a Pierre Fabre. Conmovido por el espíritu y la pasión impregnados en la carta, decidió reunirse con la joven en persona.