La sensibilidad de la piel es un hecho bien conocido.
Todos somos conscientes de que nuestra piel tiene que soportar muchas molestias. Pueden deberse a factores físicos (rayos UV, calor, frío, viento), químicos (contaminación, agua, productos cosméticos e higiénicos inadecuados), psicológicos (estrés) o genéticos.
Pensamos en el sufrimiento diario de la piel;sin embargo, olvidamos (o desconocemos) que tenemos el cuero cabelludo vivo.¡Como consecuencia, lo maltratamos con demasiada frecuencia!
Como la piel, el cuero cabelludo sufre.
El cuero cabelludo, al igual que la piel, reacciona a las condiciones externas. En nuestra vida diaria, hay muchas fuentes de agresión: