Imagino que tuvo que encontrar tiempo.
Sí, pero no solo eso. En primer lugar, tenía que comer bien y dormir bien. Comer chocolate, es decir, hierro, tanto como sea posible (risas). Resistí el impulso de cortarlo todo, pero debo admitir que cada dos días creaba la ilusión poniéndome un pañuelo rojo con un pequeño lazo. ¡Siempre hay que ir a por algo de color! Había tomado nota de algunos consejos para limitar la caída del cabello después del parto y para engrosarlo: Intenté no usar acondicionadores pesados y no secarme el cabello con un calor tan alto. Sigo evitando peinarlo cuando está húmedo.
Hago mi propio cuidado del cabello con ingredientes naturales. Mezclo polvo de Brahmi (una planta), agua, gel de aloe vera y unas gotas de aceite esencial de Bay Saint Thomas. Lo dejo actuar durante 15 minutos antes del champú. Actúa como un tratamiento fortalecedor. Y es un verdadero momento de relajación.
Resulta que mi vida profesional es como mi cabello después de todo. Veo el crecimiento, recupero mi confianza, sigo siendo exigente con lo que es mejor para mí. Y también he aceptado que se necesita tiempo para volver a mi nivel completo de actividad.