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Teñir el cabello no es un asunto trivial: no solo cambia el tono del cabello, sino que el tinte químico también agrede el cabello, haciéndolo más débil, seco y dañado. A continuación se explican los efectos secundarios del tinte repetido para ayudarle a entender mejor cómo y por qué este fenómeno sensibiliza el cabello.
Entender los efectos del tinte en el cabello también ayuda a entender mejor el cabello teñido y sus necesidades específicas. Así es más fácil saber cómo cuidar el cabello y qué productos son los adecuados para él.
Para un cabello sano, el film hidrolipídico debe estar intacta y servir para proteger eficazmente contra las agresiones externas diarias. Las escamas de queratina están perfectamente posicionadas, lisas y cerradas. El cabello está fuerte, brillante y sedoso.
En el proceso químico se eliminan las escamas de queratina, lo que permite que los oxidantes y el tinte penetren en la fibra capilar. Esta acción es esencial para cambiar el color del cabello durante mucho tiempo. Pero también puede dañar la estructura del cabello.
Al principio, gracias al color, el cabello adquiere una explosión de juventud y luminosidad. Pero muy rápidamente, el daño en la fibra capilar comienza a aparecer en la superficie.
Después de un tinte repetido, los efectos secundarios en el cabello son más visibles y los problemas se extienden hasta lo más profundo de las fibras capilares.
Afectado por los tintes químicos, el film hidrolipídico que recubre el cabello y evita la caída de humedad deja de desempeñar su función de barrera protectora. El cabello se vuelve entonces seco y áspero.
Las escamas de queratina eliminadas por el tinte ya no garantizan el aspecto liso y brillante del cabello: está sin brillo y es muy difícil de peinar.
Al fragilizarse profundamente, la estructura interna del cabello se debilita. El cabello teñido pierde su estructura: es cuando se vuelve quebradizo y es probable que aparezcan puntas abiertas, lo que le da un aspecto descuidado y encrespado.
La coloración química tiene una molesta tendencia a atacar todo lo que protege el cabello, impidiendo que penetre en él para que pueda cumplir su misión.
La primera barrera a su paso es el film hidrolipídico protector que es rico en sebo e impide que el cabello se reseque.
Una vez dañado por el tinte, este film hidrolipídico sigue siendo agredido a diario: champús con niveles demasiado altos de detergente; cepillados o secados demasiado calientes, agresivos o frecuentes; paseos al sol o al viento; alisados; rizados...
Mientras el film hidrolipídico está ausente, el cabello no tiene ni nutrición ni protección.
El cabello ya no solo está seco, sino que también está dañado, es áspero y difícil de peinar.
Incluso si sabemos que el tinte daña el cabello, a veces no tenemos otra opción. Teñirse el cabello es una forma eficaz de cambiar su aspecto, dándole a su estilo y a su rostro un aspecto diferente. Renunciar al color elegido para volver al natural no siempre es fácil.
¿Y si la solución para mantener el cabello sano fuera reparar los daños causados por el tinte?
Para restaurar la belleza natural del cabello, es posible utilizar extractos naturales, como el extracto natural de Okara de René Furterer con sus propiedades multirreparadoras.
Toda su eficacia reside en la riqueza de su composición natural:
Gracias a los cuidados adecuados, no solo se revierte el daño causado al cabello teñido, sino que, al recuperar su belleza y brillo, ¡el color es aún más bonito!
Los cosméticos convencionales han hecho que las siliconas tengan éxito: cualquier cabello que tocan es suave e irresistible. ¿Pero a qué precio?
La silicona recubre el cabello en la superficie pero no lo cuida en profundidad: la silicona es una sustancia inerte, es un elemento derivado de la petroquímica y no aporta ningún beneficio a la fibra capilar. Por el contrario, su efecto cubriente y oclusivo forma una capa aislante que priva al cabello de la eficacia de los ingredientes activos. Por lo tanto, las siliconas pueden reducir los efectos del tinte cuidando el cabello, ¡pero no es así!
La silicona solo actúa sobre la superficie del cabello, pero no lo cuida. Y es un componente contaminante.
